Las banderas que coronan la pizarra de resultados más grande de Augusta, situada en la enorme explanada de acceso al hoyo 1, muy próxima a la casa club, están colocadas por orden alfabético. España, Spain, es una de las últimas, junto a 'South Africa' y 'United States'. Lógicamente, es una cuestión alfabética, puro azar, pero resulta curioso y divertido ver tan juntitas las tres banderas que más triunfos atesoran en el santuario golfístico de Estados Unidos.
El español debe moverse orgulloso por Augusta, con la cabeza alta. Las huellas de nuestros genios están grabadas a fuego en cada rincón de esta preciosa obra de la naturaleza y la tecnología. Seve Ballesteros, cómo no, fue el primer europeo que ganó el Masters (1980). Siempre pionero, siempre abriendo camino a estacazos con su drive. Siempre demostrando que si se quiere, se puede. Magia pura al servicio del espectáculo. Fue el primero y eso ya nadie se lo va a quitar.
Mientras tanto, José María Olazábal ha sido el último europeo que ha ganado en Augusta (1999). Al menos, ha sido el último antes de que se resuelva la acción este domingo. Veremos si Langer, Willett, Westwood, Kjeldsen, Rose o algún otro da la sorpresa hoy. Su récord no va a ser eterno, eso está claro. Obviamente, antes o después habrá algún europeo que lo suceda en el palmarés, pero mientras tanto ahí está su nombre.
España ha ganado cuatro Masters de Augusta, dos Seve y dos Olazábal. Sólo Estados Unidos y Sudáfrica tienen más triunfos aquí. A veces se nos olvida el dato, pero conviene recordarlo. España es alguien en estas verdes de Georgia. También este año se han vuelto a recordar los nombres de Seve y Olazábal por diversos récords en los que ellos aún están inmersos. Por ejemplo, Spieth igualaba el jueves la mejor vuelta de la historia de un defensor del título, en poder de Olazábal desde 1995 (66 golpes). Más huellas.
En 2016 hemos tenido a dos españoles en el Masters. Sergio García jugaba el torneo por decimoctava vez, mientras que Rafa Cabrera Bello ha debutado. El canario ha sido el decimocuarto español que ha participado en el Masters. Compartió las dos primeras vueltas con Davis Love III, el capitán de Estados Unidos de la próxima Ryder Cup. Después de compartir las dos primeras jornadas, Love III destacó la actitud de Rafa. “Me ha encantado, es un caballero, me ha recordado en muchas cosas a José María Olazábal”. Más huellas.
Sergio no tuvo una buena tercera vuelta en el Masters. Más bien al contrario. Sin embargo, también dejó su huella. En el hoyo 15 trató de alcanzar de dos el green. Su tiro salió totalmente a la derecha y la bola se quedó detrás de un puesto de televisión con dos cámaras, con un árbol a la derecha y apenas un hueco de un metro entre el tronco y las cámaras para pasar su bola y tirar a green. Eso sí, las ramas del árbol son bajas y antes del green hay un búnker. Exacto. Un tiro imposible.
García coge el palo más corto, cierra la cara y pega un golpe rodado, atraviesa el búnker dejando un surco, rebota ligeramente contra el talud, sale de la trampa y marcha directa a la bandera... Golpea en el mástil y está a punto de hacer un eagle. Sobrenatural. Más de cien personas se ponen en pie y comienzan a vitorear al español. Un padre de familia, ya veterano, comenta: “really, wow, Spanish hands”. Son las huellas del golf español en Augusta. Si nunca han ido y tienen la ocasión, no lo olviden, siempre la cabeza alta.
El hoyo 16 del Augusta National.