Hace poco menos de un año el sol caía a plomo sobre Andalucía. Nada nuevo. Es lo que toca en estas fechas. Termómetros disparados y quien más, quien menos, se buscaba una piscina, o mejor aún una playa, para aliviar la calorina. Nos remontamos al 11 de julio de 2015.
Aquel día, nuestro protagonista Scott William Fernández, granadino de nacimiento, no buscaba piscinas y mucho menos una playa, más bien al contrario, andaba bien abrigadito para protegerse de las frescas condiciones que reinaban en Halsmtad, Suecia. Allí estaba el joven valor del golf andaluz dispuesto a defender a España de nuevo en un Campeonato de Europa. Concretamente, estaba defendiendo el título que había conquistado justo un año antes.
Scott formaba pareja con Jon Rahm. Ambos, con una trayectoria amateur extraordinaria, sabían aquella tarde de julio que estaban disputando su último Campeonato de Europa Absoluto con España. La lógica nostalgia del momento apenas sí podía abrirse paso en sus emociones ante la arrolladora ilusión que les generaba pensar en el futuro. En los meses siguientes se iban a hacer profesionales y la vida les iba a dar un vuelco. ¿Dónde estaremos dentro de un año? Se preguntaban los dos...
Y el sueño de aquella, en Andalucía, tórrida noche de verano se hizo realidad... Exactamente 365 días después de aquel 11 de julio de 2015, Scott y Rahm estarán entrando en Royal Troon, uno de los grandes templos del golf mundial, para disputar la edición número 145 del Open Championship. Será lunes y jugarán algunos hoyos de prácticas. Sí, el British Open de toda la vida, el primer major en la prometedora carrera de Fernández. “Quién nos iba a decir hacer un año cuando estábamos jugando el Europeo que nos veríamos el siguiente mes de julio los dos, otra vez juntos, en el Open. Es increíble. Maravilloso”, confiesa el golfista de Granada formado en la Universidad de Iowa State.
No ocurre siempre, pero a veces los sueños se cumplen y hay que luchar por ellos. Eso es lo que hizo Scott Fernández el pasado lunes en la previa del British que jugó en el recorrido Gailes Links, a unas pocas millas de Troon. Tuvo dudas de jugar la clasificatoria. No sabía muy bien qué era lo idóneo. Una parte de su cerebro le decía que mejor no viajar a Escocia y centrar los esfuerzos en el Challenge, donde por cierto está cuajando una gran temporada, pero otra parte y sobre todo el corazón, le empujaban a jugársela en la previa. Así lo hizo y consiguió el sueño. Estará en Troon.
Scott cumplirá también un ciclo en Troon. “Jugar el British ha sido siempre un objetivo para mí desde que era un niño. Solía ver todas las mañanas el Open de 1989 que se jugó en Troon, aquel en el que Mark Calcavecchia derrotaba en el playoff a Greg Norman y Wayne Grady. Es divertido saber que ahora, 37 años después de aquello, podré jugar yo allí un Open”. Los sueños, haga calor o no, se cumplen. Scott puede dar buena fe de ello.
Scott Fernández, jugando Royal Troon el pasado martes.