Pablo Mansilla: "Los Juegos son un sueño difícil de repetir"

Jueves, 18 de agosto de 2016
Noticia

El golf ha llegado a los Juegos para quedarse. Pablo Mansilla, árbitro de la Federación Española de Golf y miembro de la junta directiva de la Federación Andaluza, no tiene ninguna duda. Y no, Pablo no habla de oídas, él ha tenido la oportunidad de vivir en directo la experiencia olímpica. Ha sido árbitro durante el torneo masculino que acabó el domingo con la victoria de Justin Rose. “No sé los parámetros que utilizará el Comité Olímpico Internacional para decidir qué deportes se mantienen en el Programa y cuáles deben salir. Yo, sinceramente, creo que el golf ha superado todas las expectativas y confío en que siga después de los Juegos de Tokio”, asegura unas horas después de haber aterrizado en España tras saborear, sin duda, una de las experiencias más gratificantes de su vida.

La presencia de Mansilla en los Juegos de Río es una demostración de la alta consideración que se tiene por el arbitraje español en el mundo del golf. El dato es definitivo. Sólo había cinco árbitros adscritos a Federaciones y únicamente una era europea: Canadá, Japón, Australia, China y España. El resto de árbitros procedía de los distintos circuitos profesionales, la USGA o el Royal and Ancient. “Es un orgullo y una suerte haber podido vivir esta experiencia. Es muy difícil estar ahí y me siento muy honrado y muy agradecido. ¿Tokio? Donde hay que firmar. Por supuesto que me encantaría repetir, aunque soy consciente de que es muy complicado”, explica.

Mansilla ha disfrutado del primer minuto al último de los Juegos. “He oído críticas por la organización y algunos comentarios, pero realmente yo creo que ha estado muy bien. El mayor problema es el tráfico, pero no es tanto por los Juegos como por Río. Es así todo el año y, claro, estas dos semanas un poco peor, pero yo los he visto muy bien, más allá de las clásicas complicaciones para ajustar todo al principio. Por ejemplo, la seguridad, que es una de las cuestiones más importantes, ha estado muy bien. Yo no he tenido sensación de inseguridad en ningún momento”, señala.

Pablo ha estado una semana completa en Río, de lunes a lunes. Fundamentalmente ha vivido el torneo de golf, como es lógico, aunque alguna escapada ha podido hacer a un partido de balonmano, otro de baloncesto, la final masculina de gimnasia artística –“que estuvo muy bien, muy emocionante”, asegura– y una de las finales de halterofilia. No estaba en la Villa Olímpica, con los atletas, sino en un hotel a veinte minutos del Parque Olímpico (donde están todos los pabellones) por el carril de tráfico de Río (una hora si ibas en taxi). También estaba muy cerca del campo de golf.

El torneo ha sido un éxito redondo. “Es cierto que hemos tenido algunos problemas típicos al jugarse en un país donde no hay mucha cultura de este deporte. Hemos tenido que enseñar a algunos fotógrafos que hay que disparar después del golpe, que no lo sabían, pero son cosas lógicas. Creo que los jugadores lo han entendido muy bien. Ojalá siga durante muchos años el golf en los Juegos y en un futuro no tengamos ni que hablar de esto porque todo el mundo sepa ya cómo hay que comportarse durante un torneo de golf. En cualquier caso, sinceramente creo que todo eso ha sido anecdótico. Lo mejor, sin ninguna duda, ha sido el ambiente, especialmente el domingo. El campo estaba lleno, muchísimo público, y muy divertido, todos disfrazados de cada país, vestidos con sus banderas, con el kilt escocés... Un ambiente de fiesta magnífico, tipo Ryder Cup. Cuando acabó el torneo, ya en el hoyo 18, después de la ceremonia de entrega de medallas, yo veía las caras de los árbitros que llevan muchos años en los grandes circuitos, haciendo grandes, las leyendas de esto, y sus caras eran de satisfacción. No había sido un torneo más, eran los Juegos Olímpicos”, afirma.

El Olympic Course de Río ha sido otro de los grandes descubrimientos de esta semana. “Es un campazo”, asegura sin pestañear Mansilla. “Está metido en la selva y salvo en el hoyo 18, donde se ven algunos apartamentos, todo lo que encuentras por el camino es naturaleza. La fauna es fantástica, como el caimán del hoyo 10, los capibaras, los búhos, los buitres de la calle del 13... Es un campo muy bonito, muy natural y muy divertido. Tan natural es que el principal problema que tenían los jugadores estaba en los búnkers, ya que tienen la arena autóctona de la zona. De hecho, había hasta tres tipos de arenas distintas y como no tenían ni tela por debajo ni drenaje pues muchas bolas se clavaban. Todo natural. Yo creo que es un gran campo y que se está defendiendo muy bien, pese a que algunos pensaban que lo iban a destrozar. El tramo del hoyo 11 al 14 es muy duro y los hoyos 12 y 13 son una tragedia. Después tienes el final que permite hacer resultado, pero no es ningún regalo, como se está demostrando en la competición”, explica. Por cierto, y hablando de fauna, del mosquito del zika no ha habido ninguna noticia... “Ni olerlo”, asegura Pablo.

Uno de los asuntos de los que más se ha hablado en los últimos días es sobre el formato que debería tener el torneo. Mansilla no tiene tan claro que deba ser match play. “No creo que sea lo mejor si lo que queremos es llegar al mayor público posible. Si el domingo sólo tenemos una final entre dos equipos, que normalmente –aunque todo puede pasar en golf– serán los tradicionalmente más potentes, es decir, Estados Unidos, Sudáfrica, Australia o Reino Unido, entre otros, sólo va a concitar la atención de esos aficionados donde el golf además ya está muy asentado. Con el formato stroke play llegamos a un domingo donde todos están compitiendo, aunque es cierto que hay muchos que no se juegan nada. Lo que sí añadiría es una competición por equipos, ya que así metería a más jugadores en la pelea por más cosas el domingo”, apunta.

Le pedimos a Pablo que nos defina en una frase la experiencia de esta semana. No se lo ponemos fácil. “A ver déjame que piense... Es difícil. No hay palabras. No sabría cómo definirlo. Es algo inolvidable, abrumador, no sabes ni hacia dónde mirar... Es una pasada. Un sueño difícil de repetir”, sentencia.

 

Pablo Mansilla, en los Juegos.

Pablo Mansilla: "Los Juegos son un sueño difícil de repetir"