Pablo Mansilla lo tiene claro. La Federación debe ser el vehículo para que cada vez más gente juegue al golf y para que los que ya juegan se lo pasen aún mejor. Es la doctrina fundamental sobre la que piensa edificar su mandato al frente de la Real Federación Andaluza de Golf.
Lleva menos de un mes en el cargo, pero lo cierto es que no ha parado. Entre la asamblea, la Copa de Andalucía, la negociación para los torneos profesionales que se jugarán en 2017 en nuestra tierra y, por supuesto, su pasión, su labor como árbitro, apenas ha tenido tiempo para darse un respiro.
El próximo martes estará en Madrid para acudir a la presentación de los grandes eventos deportivos de la Junta de Andalucía. El golf puede sacar pecho, pues tiene mucho que decir en este calendario con el Andalucía Valderrama Masters, el Open de España Femenino y el Challenge de Andalucía.
¿Cuánto tiempo estuvo valorando presentarse a las elecciones y por qué se decidió finalmente a dar el paso?
Diría que fueron varios meses... Yo no tenía ninguna intención de presentarme a la presidencia. A mí lo que más me gusta es arbitrar y dirigir torneos, es mi pasión, y no había contemplado ver el golf desde otra posición. Sin embargo, tras el convulso proceso electoral de 2012, una convulsión por cierto que afectó a muchos deportes debido a las anteriores normas electorales, unos amigos pensaron que yo podía ser la persona adecuada. Además, seguramente, en el golf andaluz se vio potenciada esa convulsión porque Ángel de la Riva llevaba mucho tiempo en el cargo y había muchas personas deseando ocupar su lugar. Sinceramente, tras esa primera vez no le di demasiada importancia, no me lo planteaba, pero cambié de opinión cuando otro grupo de amigos, diferente al primero, me lo volvió a decir. Finalmente, pensé que debía presentarme porque era una forma de evitar seguir con las tensiones.
Su candidatura fue la única aunque nuevamente las normas electorales han generado cierta polémica alrededor del proceso. ¿nos puede explicar qué sucedió?
Las normas electorales se han hecho más específicas y han restringido aún más la posibilidad de votar y ser votado en las elecciones. Por ejemplo, con los clubes de golf y campos comerciales. La norma electoral anterior ya decía que sólo podían votar o presentarse a la asamblea aquellos clubes que hubieran participado o acogido una competición oficial. En la nueva norma se mantiene este requisito, pero se ha especificado mucho más qué es una competición oficial, aquellas que están en el calendario de la Federación Andaluza por haberlas decidido así la asamblea. Y además, los órganos deportivos de esos clubes y campos comerciales deben haber sido elegidos democráticamente, algo que en aquellos campos que son dirigidos por sociedades apenas pasa. Sé que ha sido difícil de entender para el federado, pero tiene una razón lógica. Con este ajuste de la norma sólo han podido estar presentes en la elecciones 16 clubes. Lo que tenemos que intentar, y ese será uno de nuestros objetivos en estos cuatro años, es que la mayoría de los clubes y campos comerciales, que yo creo que son los que mejor pueden representar a los golfistas, cumplan este requisito.
¿Y eso cómo podría hacerse?
Eso se resuelve creando en todos los clubes y campos comerciales que no lo tengan, algunos sí lo tienen, una sección deportiva elegida por los socios o abonados. Así, el club podría ser elector y elegible. En realidad, la norma ha cambiado poco, sólo que con los nuevos matices se ha evitado una interpretación extensiva.
¿Aumentar la presencia de los clubes en las próximas elecciones será por tanto un objetivo?
Absolutamente. Tenemos que informar bien, que estén en las competiciones oficiales y que cumplan con los requisitos. Si dentro de cuatro años tuviéramos en el proceso electoral a un setenta por ciento de los clubes de Andalucía representados estaría más que contento. Nosotros vamos a intentar que sea el mayor número posible. Ellos son los que mejor pueden representar al federado. Queremos ilusionar y, sobre todo, conectar a la Federación con los federados y con la gente. Que la sientan como algo suyo.
¿Alguna idea concreta para que el golfista se sienta más próximo a la Federación?
Tenemos que conseguir que participen más en las competiciones oficiales de la Federación y para ello tenemos que crear nuevos torneos, otras competiciones que inviten a jugar a todos, que sean más divertidas, más cercanas y accesibles a todos. Por ejemplo, ahora mismo se celebran algunos torneos interclubes en Andalucía, pues bien, la idea es que esos interclubes sean en toda la comunidad y que estén arropados por la Federación. Algo así como una Liga de fútbol, pero de golf en toda la región. Queremos conseguir que el golf vuelva a ilusionar, que enganche, que sea divertido. Nuestra idea es crear más competiciones por equipos y match play. Otro de los objetivos principales es crear una liga escolar entre colegios. Los que ya juegan se lo van a pasar mejor y podemos enganchar a otros amigos para que quieran jugar al golf y estar en los equipos. No es más que copiar lo que ya se hace en otros deportes como el fútbol. Ligas de golf. Por suerte, en Andalucía tenemos muchos colegios que podrían tener equipos de golf. Es un proyecto ambicioso. Tenemos que crecer en golfistas, en federados y en la satisfacción del federado.
Ya se está viendo que el golf profesional es otra de las líneas maestras de la Federación...
Sin duda, acoger torneos profesionales de golf es un objetivo. Tenemos la suerte de contar con instituciones públicas como la consejería de Turismo y Deporte, la Mancomunidad de municipios de la Costa del Sol, los Patronatos y muchos ayuntamientos que conocen la importancia del golf como motor del turismo. El golf no es sólo un deporte, también es industria. Queremos tener torneos para que se vea Andalucía en el mundo y para potenciar nuestro golf profesional. Es la manera de crear referentes que son los que motivan a otros para jugar al golf.
Ya hay tres torneos seguros para 2017...
Sí, el Andalucía Valderrama Masters, el Open de España Femenino y el Challenge de Andalucía. Éste último es el más novedoso y responde a nuestros objetivos primordiales. Se trata de hacer el golf más divertido, fácil y rápido. Por eso, la fórmula de un torneo híbrido, con dos rondas stroke play y dos días de match play a nueve hoyos. Es terrorífico para el que lo juega por la presión, pero divertidísimo para el público. Nuestro compromiso con el golf profesional es absoluto y tenemos la suerte de que las instituciones públicas están por la labor.
Otro asunto importante encima de la mesa tiene que ver con la necesaria homologación de las titulaciones deportivas, ¿en qué punto se encuentra?
Es algo muy importante. La nueva ley del deporte andaluz obliga a homologar las titulaciones de profesores y entrenadores deportivos. El plazo acaba en breve (marzo de 2018) y queremos actualizar a todos los técnicos que hay en Andalucía. Un golfista podría estar seis meses sin jugar, pero un profesional no puede estar sin dar clase. Estamos estudiando a fondo la cuestión para ayudar a los técnicos a realizar el proceso de la manera más sencilla y rápida. Por otro lado, las titulaciones se están dando ahora mismo a través de la consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y la Federación Española y nuestra idea es contar también con nuestra propia titulación en Andalucía, aprovechando quizás la cátedra de golf de la Universidad de Málaga y siempre de la mano de la Federación Española.
Pablo Mansilla, durante la Copa de Andalucía masculina en Guadalmina.