La cuarta jornada arrancó con Álvaro Mueller-Baumgart y el propio Ignacio Montero compartiendo liderato. Ninguno de los dos vivió el inicio soñado, ya que los errores superaron a los aciertos en los primeros nueve hoyos. El andaluz, con tres bogeys, llegaba al cruce con +1 en el día, y el madrileño prácticamente se despedía de sus opciones de victoria con un frustrante 8 en el hoyo 9.
Paralelamente, escalaba en la clasificación David Puig. “Nunca subestimes el corazón de un campeón”, reza la frase baloncestística. Y el barcelonés es uno de los grandes campeones de la generación nacional que ya pisa fuerte. Cuatro birdies en los primeros hoyos le permitieron coliderar la prueba a media jornada.
De esta forma, con un duelo Álvaro Mueller-Baumgart-David Puig servido, los protagonistas encararon los hoyos decisivos. El catalán, que marchaba dos partidos por delante, tensó aún más la cuerda con birdies al 13 y 15, pero pinchó en el 16 con un bogey. La respuesta del malagueño no se hizo esperar: birdie al 15.
Álvaro Mueller-Baumgart llegó al hoyo 18 empatado con David Puig, que aguardaba en casa club con -1. ¿Qué se le pudo pasar por la cabeza al joven jugador de Guadalmina? Sabedor de que un bogey le condenaba, un par prolongaba el torneo y un birdie le llevaba a la gloria, apostó todo a esta última opción.
El malagueño se marcó un gran putt de varios metros que vale un título, y no cualquier título. Es un putt que le ha servido para tomar el relevo en el palmarés de otro jugador de Guadalmina, el ya profesional Ángel Hidalgo. Un putt para recordar, en definitiva.
Este final emocionante entre dos de las grandes realidades de nuestro golf no eclipsa en modo alguno todo lo bueno que han ofrecido otros jugadores. Desde el propio Ignacio Montero, tercero con +2, hasta el local Antón Vázquez, que ha compartido la cuarta plaza con +3 con Martín Larrea y Adrián Mata -que se despidió con un 66, mejor ronda del torneo-, se han visto sensacionales detalles a lo largo de toda la semana.
