El Club de Golf La Cañada, en la localidad gaditana de Guadiaro, ha acogido un año más una prueba del Circuito Juvenil y Benjamín de la zona C de Andalucía. El tiempo, en contra de lo que marcaba la previsión, ha sido excelente y se ha podido disfrutar de un día de golf excepcional con un festival de birdies.
El gran protagonista del día ha sido Samuel Love. El golfista del Real Club de Golf Guadalmina se ha impuesto en la categoría cadete con una tarjeta estratosférica de 66 golpes, cinco bajo par, en la que incluyó la friolera de ocho birdies. Alucinante. Love ganó con dos golpes de ventaja sobre Francisco Javier Gómez, de Lauro Golf, y Luis del Rosal, local de La Cañada. Tres jugadores bajo par entre los cadetes. Sombrerazo. En esta misma categoría, entre las chicas, ha ganado Sara Rattone, jugadora de Lauro Golf, con una tarjeta de +7.
Del mismo modo, ovación cerrada para Chanya Huaysan. Una más. La golfista de Mijas Golf se ha impuesto en la categoría infantil con una brillante actuación. Ha firmado 67 golpes, con cuatro birdies y ninguna mancha en su tarjeta. Una competidora tremenda. Entre los chicos, en infantil, ha ganado otro de los habituales, el golfista del Real Guadalhorce Club de Golf, Oliver de Wint, que ha hecho 69 golpes, dos bajo par.
En la categoría alevín, los triunfos han sido para Marcus Latt, jugador de Lauro Golf que empató en cabeza con +1 con Pedro Tineo, de La Cañada, y Lucía Gómez, jugadora también de Lauro que logró el triunfo con un resultado de +10.
En cuanto a los benjamines, victorias para Martina Tirado, golfista del Real Club de Golf de Guadalmina, con un resultado de +8, y Dmitrii Elchaninov, de La Cañada, que venció con una tarjeta de +3 que incluyó un magnífico birdie. Ganó con un golpe de ventaja sobre Jaime de Wint. La saga continúa.
En la entrega de premios estuvieron Ana Vega, presidenta del club, Belinda Romero, directora de la Escuela Infantil, Jaime Ravina director del club y Miguel Sarrias, vocal del comité Infantil y Juvenil de la Real Federación Andaluza de Golf. Una vez más La Cañada ejerció de perfecto anfitrión.